El oro olímpico queda a un partido para España. La selección nacional
se ha asegurado la plata después de superar, echando mano de la raza y
casta habitual en los jugadores de Aíto, a una acertadísima Lituania
por 91 a 86. España emula así a la selección que se colgó la plata en
Los Ángeles 84.
La selección española de baloncesto ha logrado el pase para la final
olímpica, la segunda de su historia, tras derrotar a Lituania por
91-86. En un partido muy igualado, los españoles sufrieron ante el
acierto lituano desde la línea de tres, pero con un parcial de 8-0 en
el último cuarto resolvieron una semifinal de infarto.
Los jugadores españoles han hecho historia. El equipo de baloncesto español estará por segunda vez en la gran final de unos Juegos Olímpicos
-la anterior fue en Los Angeles hace 24 años-, se asegura una medalla y
se gana el derecho a luchar por el oro. La tensión durante la semifinal
due máxima, durante muchos minutos Lituania controló el partido gracias
a su acierto desde más allá de la línea de tres, la gran dirección de
Jasikevicius y la expeditiva defensa interior, que minimizó la
aportación de Pau Gasol durante tres cuartos.
Lituania se carga de faltas
Pero
ese trabajo defensivo acabó minando a Lituania a base de faltas. Sus
postes se fueron cargando y Pau Gasol, poco a poco, fue encontrando su
lugar. Además, durante los malos momentos España no se vino abajo y
siguió trabajando para mantenerse en el partido. Con Felipe Reyes
y Carlos Jiménez como líderes, España aguantó el chaparrón y esperó su
momento, que llegó una vez iniciado el último cuarto cuando Rudy
Fernández comandó un parcial de 8-0 que puso por delante a España hasta
el 91-86 final.
El partido arrancó muy igualado. Pau comenzó
sufriendo ante la defensa de los pivots lituanos, que imponian su
físico y forzaban los fallos del jugador de los Lakers. La defensa
española era buena, pero entre Jasikevicius y Kaukenas mantenían a
Lituania cerca de España, que mandaba en el marcador, aunque siempre
con ventajas cortas. En el segundo cuarto la igualdad premaneció pero
Lituania se hizo con la manija del partido. 'Saras' estaba cada vez más
cómodo sobre la pista y repartía juego para sus compañeros, que
encontraron el acierto desde la línea de tres. En especial, Simas Jasaitis
-que jugó su mejor partido en mucho tiempo- castigaba a España
liderando un parcial de 17-6, que llegó a ser de 11-2. Los españoles
estaban cerca en el marcador pero la impotencia comenzaba a apoderarse
de los de Aíto.
El resultado al descanso no era como que
saltaran las alarmas, pero Lituania tenía mucho mejores sensaciones que
una España siempre a remolque. La buena defensa de los bálticos dejó a
los españoles en un paupérimo 39% en tiros de campo 12/31; en cambio
Lituania firmaba 6/13 en triples. Sólo las 11 pérdidas de balón
propiciadas por la defensa española daban algún resquicio positivo a
los de Aíto.
Felipe lucha contra el festival anotador lituano
Tras
el descanso, Lituania salió muy confiada en sus posibilidades y
extendió su buena racha, con Jasaitis anotando 5/7 en triples. Aún así,
España seguía pegada en el marcador. Pau continuaba con su particular
infierno dentro de la zona, donde se topaba una y otra vez con el
cuerpo y los brazos de sus defensores que le obligaban a forzar sus
tiros y a seguir bajando sus porcentajes. Pau no terminaba de endurecer
su juego, pero no se rendía y fue sumando faltas al casillero de sus
defensores, que luego resultarían decisivas para el devenir del
encuentro. Por suerte, Felipe aprovechaba toda la atención sobre Pau y
pescaba dentro de la tórmeta de la zona. Su brega incansable se tradujo
en puntos, que incluso pusieron el empate a 62 a pocos segundos del
final del cuarto, pero un triple más adicional anotado por Kristof
Lavrinovic cerraba un cuarto magnífico de Lituania, que se iba cuatro
arriba a falta de diez minutos.
Jiménez enseña el camino a la victoria
Sólo
quedaba un cuarto y España no acababa de dar la vuelta al marcador. La
tensión era cada vez mayor y llegaba el momento de los mejores. Aíto no
podía contar con un Rudy aturdido por un golpe y Navarro deambulaba por
el campo como alma en pena, sin ninguna incidencia sobre el partido.
Para lograr la victoria se necesitaba calidad, pero mucho más jugadores
dispuestos a apretar los dientes y luchar por cada balón. Ahí llegó el
momento de dos guerreros que muchas veces no se llevan la gloria pero
que son vitales para el éxito español: Carlos Jiménez y Felipe Reyes.
Entre los dos arrastraron al equipo hacia la victoria con cada rebote,
con cada balón divido. Jiménez firmó 11 puntos y 7 rebotres, siendo
decisivo en el tramo final de partido.
Y al trabajo de estos
dos se unió el resurgir de Pau Gasol. Todo su sufrimiento dio sus
frutos en el último cuarto mandando a Petravicius y Lavrinovic al
banquillo con cinco faltas y a Linas Kleiza
al vestuario con su segunda antideportiva. Pau por fin machacaba el aro
a placer y sumaba faltas a casi todas sus acciones hacia el aro. Así,
España encontró su momento. Rudy Fernández reingresó en la cancha ya
recuperado y lideró un parcial de 8-0 que dio la vuelta al marcador,
dando el liderato a España, que ya nunca soltó.
Con la
confianza de llevar la manija España jugó su mejor baloncesto en los
últimos minutos. Raül López y Ricky Rubio permanecían juntos en cancha
y Jiménez jugaba de cuarto. Aíto sacó la zona 2-3 y Lituania se quedó
sin ideas. La victoria era un hecho. Con siete puntos de ventaja en los
últimos segundos España pasó su último apuro con un triple de
Jasikevicius, pero Jiménez y Raül no fallaron desde la línea de tiros
libres y el partido acabó 91-86 para España.
Así, el sueño de
la final se hizo realidad, España confirmó su éxito con su segunda
medalla olímpica de la historia y, sin ninguna presión, los de Aíto se
ha ganado una oportunidad magnífica de luchar por su primera medalla de
oro en unos Juegos Olímpicos.